sábado, 2 de junio de 2012

"No somos responsables de las emociones, pero sí de lo que hacemos con ellas"


Lo que hacemos....lo que decimos....muestra cómo somos interiormente, a nivel intelectual, pero tambiés espiritual...
Esto debería hacernos reflexionar sobre aquellas malas actitudes que hemos podido mostrar ante algunas personas...

La mayoría de las veces, palabras como: injusticia, intolerancia, acoso, agresividad...no son más que muestras de comportamientos propios de personas inseguras, dominantes, carentes de autoestima...y reflejan y son fruto del miedo y/o el desconocimiento de nuestras propias capacidades.
Tenemos que apostar por actividades de educación emocional, sobretodo en la etapa de la preadolescencia (una de las más complicadas de la vida...en la que se conforma nuestra personalidad de la que dependeremos cuando seamos adultos), de forma que allanemos ese camino hacia la adolescencia.

En la sociedad actual, los antigüos mecanismos de "lucha-huida" no nos sirven de ayuda. Debemos utilizar nuestro conocimiento sobre las emociones y sentimientos propios y ajenos, para ayudarnos a tener un mejor control sobre los impulsos.
No podemos elegir nuestras emociones: no podemos desconectarlas o evitarlas, pero sí está en nuestra mano, reconducir nuestras reacciones emocionales y completar/sustituir el programa de conducta congénito primario: deseo o luchas, por formas de comportamiento aprendidas y civilazadas como el flirteo, la crítica, la discusión o la ironía.
Lo que hagamos con nuestras emociones, su manejo de forma correcta, dependerá de nuestro nivel de Inteligencia Emocional.

FUENTE: Pequeteca Inteligencia Emocional.

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