La psique, del griego ψυχή, psyché, «alma», es un concepto procedente de la cosmovisión de la antigua Grecia, que designaba la fuerza vital de un individuo, unida a su cuerpo en vida y desligada de éste tras su muerte. El término se mantiene en varias escuelas de psicología, perdiendo en general su valor metafísico: se convierte así en la designación de todos los procesos y fenómenos que hacen la mente humana como una unidad.
lunes, 23 de abril de 2012
PSICOLOGÍA POSITIVA
En los últimos años y cada vez con mayor importancia, se constituye esta corriente dentro de la psicología, que explora qué rasgos hacen que unas personas estén más satisfechas con su vida que otras, qué factores permiten que algunas personas puedan superar de forma sana cualquier situación traumática. La iniciativa, nació en EEUU (Martin Seligman)y una de las iniciativas de este profesor en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid es la página www.psicologiapositiva.org en donde se ofrece información sobre este movimiento, y una amplia variedad de test para realizar de forma gratuita que además ofrece los resultados comentados de forma instantánea.
En cuanto a la investigación desarrollada, una de las aplicaciones más interesantes de la psicología positiva es que empezamos a conocer algunos FACTORES que nos indican de forma tentativa el CAMINO HACIA LA FELICIDAD:
- ASPECTOS INTERPERSONALES: juegan un papel fundamental; de hecho, en la mayoría de estudios aparece como el predictor más importante del bienestar. Invertir tiempo y esfuerzo en construir una red de relaciones sanas y con un alto grado de intimidad y confianza es una de las vías más seguras hacia el bienestar.
- LA ACTITUD en nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, el optimismo se ha revelado como un factor importante tanto para el bienestar mental como incluso para la salud física.
- Una actitud abierta a las PEQUEÑAS GRATIFICACIONES COTIDIANAS también parece tener influencia en la sensación de bienestar global a largo plazo.
- Por otra parte, trabajar para aumentar nuestras experiencias de CONCENTRACIÓN y absorción en la tarea que tenemos delante (“flow”).
- Búsqueda de un MAYOR SENTIDO VITAL en nuestras vidas (y valga la redundancia).
En resumen, la ciencia psicológica cada vez se está centrando más en investigar las fuentes del bienestar y la satisfacción, y en devolvernos una imagen más equilibrada del ser humano a nivel psicológico reflejando no sólo las debilidades sino también las FORTALEZAS. Esperemos que los frutos de estos esfuerzos de investigación sean aprovechados para que de alguna forma puedan favorecer la construcción de una sociedad mejor, más positiva y más sana.
FUENTE: Gonzalo Hervás Torres (Universidad Complutense de Madrid).
sábado, 14 de abril de 2012
VIOLENCIA PSICOLÓGICA EN LA ESCUELA
Detectar y detener el bullying es clave para evitar que la víctima desarrolle trastornos de estrés postraumático infantil que puede arrastrar a su vida de adulto
La violencia psicológica en forma de ridiculización, exclusión, burlas y bloqueo social del niño victimizado son las modalidades más comunes de acoso escolar, elementos que se encuentran en mas del 30% de los casos. La violencia física, las agresiones graves son menos frecuentes por ser más aparatosas y dejar mucha mayor huella.
Pese a la expectación mediática y los esfuerzos de las instituciones por erradicarlo, lo cierto es que el acoso escolar sigue siendo relativamente frecuente en nuestras aulas. Esta es una situación que no sólo supone un problema para la víctima en su edad escolar, sino que también para su futuro como adulto. De hecho, uno de cada cuatro escolares españoles de entre 8 y 17 años están en riesgo de padecer secuelas a causa del acoso y la violencia escolar.
El principal peligro del bullying para el futuro de los chavales son los trastornos derivados del estrés postraumático que puede generar. En las aulas españolas, al menos el 44% de los escolares ha padecido alguna situación de maltrato recurrente, según datos recogidos en el Informe Cisneros X sobre Acoso y Violencia Escolar. Este estudio revela, además, que la modalidad más frecuente de acoso escolar es la que se refiere al bloqueo social (marginación, aislamiento), presente en el 30% de los casos. Le siguen el hostigamiento (21%), la manipulación (20%) y la coacción (17%). Exclusión social (16%), intimidación (14%), agresiones (13%) y amenazas (9%) completan la tabla.
Evitar los mensajes psicológicamente tóxicos
Prevenir, detectar y detener el acoso cuanto antes es fundamental para evitar el desarrollo de secuelas y trastornos de estrés postraumático que pueden prolongarse y cronificarse, llegando hasta la madurez.
Es por esto que el psicólogo recomienda estar atento a la conducta del menor y apoyarle en cuanto sufra algún tipo de acoso. “Los padres deben escuchar al niño, apoyarle en todo y, sobre todo, evitar trivializar o banalizar el problema, enviando mensajes tóxicos del tipo ‘no hagas caso', ‘son cosas normales’ o ‘debes integrarte con tus compañeros’ pues que consiguen incrementar la indefensión del niño acosado, e internalizar la culpabilidad, paralizándolo”.
Muchos niños desarrollan introversión, retraimiento social y miedo que, en ocasiones y con la llegada de la adolescencia, “pueden llevar a un joven a querer quitarse de en medio”. Explicarles por qué son inocentes, cómo no existe ninguna justificación para sufrir ese maltrato, cómo todo aquello de lo que se les acusa y se les imputa es algo fabricado por los que acosan para convertirles en chivos expiatorios y cómo no se puede nunca justificar el acoso bajo ninguna circunstancia.
Detectar los síntomas
1.Irratibilidad del niño (rabietas o broncas sin mucho sentido)
2. Problemas psicosomáticos (dolores extraños, cefaleas, dolores de estómago, etc.)
3. Repentina resistencia a ir al colegio
4. Estados de disociación (cuando no quiere hablar del colegio como un mecanismo de defensa)
5. Onicofagia (morderse las uñas)
6. Cambios repentinos en el humor o en el rendimiento escolar (con el estrés postraumático pueden perder la concentración o la memoria a largo plazo), o el miedo a volver a clase después de un fin de semana o unos días de vacaciones, son algunos de esos síntomas.
Resulta significativo que no son precisamente los niños con cualidades desfavorecedoras los que sufren más acoso, sino que más bien suele ser al contrario. “La envidia suele provocar el maltrato hacia el chico más listo, los superdotados, la niña más resultona de la clase, los niños más sensibles y bondadosos, etc.” Los niños acosados suelen ser extraordinariamente sensibles, honrados, y empáticos. Eso les puede granjear mucha persecución por parte de quienes no lo son.
FUENTE: www.noticiasmedicas.es
La violencia psicológica en forma de ridiculización, exclusión, burlas y bloqueo social del niño victimizado son las modalidades más comunes de acoso escolar, elementos que se encuentran en mas del 30% de los casos. La violencia física, las agresiones graves son menos frecuentes por ser más aparatosas y dejar mucha mayor huella.
Pese a la expectación mediática y los esfuerzos de las instituciones por erradicarlo, lo cierto es que el acoso escolar sigue siendo relativamente frecuente en nuestras aulas. Esta es una situación que no sólo supone un problema para la víctima en su edad escolar, sino que también para su futuro como adulto. De hecho, uno de cada cuatro escolares españoles de entre 8 y 17 años están en riesgo de padecer secuelas a causa del acoso y la violencia escolar.
El principal peligro del bullying para el futuro de los chavales son los trastornos derivados del estrés postraumático que puede generar. En las aulas españolas, al menos el 44% de los escolares ha padecido alguna situación de maltrato recurrente, según datos recogidos en el Informe Cisneros X sobre Acoso y Violencia Escolar. Este estudio revela, además, que la modalidad más frecuente de acoso escolar es la que se refiere al bloqueo social (marginación, aislamiento), presente en el 30% de los casos. Le siguen el hostigamiento (21%), la manipulación (20%) y la coacción (17%). Exclusión social (16%), intimidación (14%), agresiones (13%) y amenazas (9%) completan la tabla.
Evitar los mensajes psicológicamente tóxicos
Prevenir, detectar y detener el acoso cuanto antes es fundamental para evitar el desarrollo de secuelas y trastornos de estrés postraumático que pueden prolongarse y cronificarse, llegando hasta la madurez.
Es por esto que el psicólogo recomienda estar atento a la conducta del menor y apoyarle en cuanto sufra algún tipo de acoso. “Los padres deben escuchar al niño, apoyarle en todo y, sobre todo, evitar trivializar o banalizar el problema, enviando mensajes tóxicos del tipo ‘no hagas caso', ‘son cosas normales’ o ‘debes integrarte con tus compañeros’ pues que consiguen incrementar la indefensión del niño acosado, e internalizar la culpabilidad, paralizándolo”.
Muchos niños desarrollan introversión, retraimiento social y miedo que, en ocasiones y con la llegada de la adolescencia, “pueden llevar a un joven a querer quitarse de en medio”. Explicarles por qué son inocentes, cómo no existe ninguna justificación para sufrir ese maltrato, cómo todo aquello de lo que se les acusa y se les imputa es algo fabricado por los que acosan para convertirles en chivos expiatorios y cómo no se puede nunca justificar el acoso bajo ninguna circunstancia.
Detectar los síntomas
1.Irratibilidad del niño (rabietas o broncas sin mucho sentido)
2. Problemas psicosomáticos (dolores extraños, cefaleas, dolores de estómago, etc.)
3. Repentina resistencia a ir al colegio
4. Estados de disociación (cuando no quiere hablar del colegio como un mecanismo de defensa)
5. Onicofagia (morderse las uñas)
6. Cambios repentinos en el humor o en el rendimiento escolar (con el estrés postraumático pueden perder la concentración o la memoria a largo plazo), o el miedo a volver a clase después de un fin de semana o unos días de vacaciones, son algunos de esos síntomas.
Resulta significativo que no son precisamente los niños con cualidades desfavorecedoras los que sufren más acoso, sino que más bien suele ser al contrario. “La envidia suele provocar el maltrato hacia el chico más listo, los superdotados, la niña más resultona de la clase, los niños más sensibles y bondadosos, etc.” Los niños acosados suelen ser extraordinariamente sensibles, honrados, y empáticos. Eso les puede granjear mucha persecución por parte de quienes no lo son.
FUENTE: www.noticiasmedicas.es
viernes, 13 de abril de 2012
EL ÁRBOL DE LOS PROBLEMAS...
Un carpintero me había contratado para que le ayudase a reparar una vieja granja, y ya habíamos terminado nuestro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se había estropeado y había perdido más de una hora de trabajo en intentar arreglarla, por otro lado su viejo camión se negaba a arrancar.
Mientras lo llevaba a su casa en mi coche, el carpintero se sentó en silencio. Una vez llegamos a su casa, me invitó muy cordialmente a pasar a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo unos instantes frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos. Cuando la puerta se abrió ocurrió una sorprendente transformación, su cara reflejaba felicidad. Abrazó a sus hijos y besó a su esposa. Luego de compartir un refresco con ellos, el carpintero me acompañó a mi coche, y al pasar por el pequeño árbol, sentí la curiosidad de preguntarle acerca de lo que había hecho hacía unos instantes antes de entrar.
Y me dijo: – Ése que ves allí es mi árbol de los problemas. Como sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, no significa que dichos problemas me los tenga que traer a casa. Lo que es seguro que los problemas no pertenecen ni a mi casa, ni a mi esposa y mucho menos a mis hijos. Así que cada día que vuelvo, justo antes de entrar en caso cuelgo todos mis problemas en el árbol. Luego, por la mañana, los recojo otra vez.
Lo divertido es – dijo sonriente – que cuando salgo por la mañana a recogerlos, ni remotamente hay tantos problemas como los que recuerdo haber colgado la noche anterior.
Autor desconocido.
Mientras lo llevaba a su casa en mi coche, el carpintero se sentó en silencio. Una vez llegamos a su casa, me invitó muy cordialmente a pasar a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo unos instantes frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos. Cuando la puerta se abrió ocurrió una sorprendente transformación, su cara reflejaba felicidad. Abrazó a sus hijos y besó a su esposa. Luego de compartir un refresco con ellos, el carpintero me acompañó a mi coche, y al pasar por el pequeño árbol, sentí la curiosidad de preguntarle acerca de lo que había hecho hacía unos instantes antes de entrar.
Y me dijo: – Ése que ves allí es mi árbol de los problemas. Como sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, no significa que dichos problemas me los tenga que traer a casa. Lo que es seguro que los problemas no pertenecen ni a mi casa, ni a mi esposa y mucho menos a mis hijos. Así que cada día que vuelvo, justo antes de entrar en caso cuelgo todos mis problemas en el árbol. Luego, por la mañana, los recojo otra vez.
Lo divertido es – dijo sonriente – que cuando salgo por la mañana a recogerlos, ni remotamente hay tantos problemas como los que recuerdo haber colgado la noche anterior.
Autor desconocido.
miércoles, 11 de abril de 2012
LAS PIEDRAS
Un profesor hizo el siguiente trabajo para dar una lección de vida a sus alumnos:
Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó: ¿Cuántas piedras piensan que caben en el frasco? Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. Luego preguntó: ¿Está lleno? Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes. El experto sonrío con ironía y repitió: ¿Está lleno? Esta vez los oyentes dudaron: Tal vez no. ¡Bien!. Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava. ¿Está lleno? pregunto de nuevo. ¡No!, exclamaron los asistentes. Bien, dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aun no rebosaba.
Lo que esta lección nos enseña es que SI NO COLOCAS LAS PIEDRAS GRANDES PRIMERO NUNCA PODRÁS COLOCARLAS DESPUÉS ¿Cuáles son las grandes piedras de tu vida? ¿Los hijos, los amigos, los sueños, la salud, la persona amada…? Recuerda, ponlas primero. El resto encontrará su lugar.
FUENTE: Talleres recreativos para niños.
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